Sardo

Uno de los aspectos más fascinantes del queso sardo son los matices de sabor y aroma que presenta durante sus diferentes estadíos de maduración. Mientras que en la juventud el queso sardo es mayormente de textura suave, a medida que madura se vuelve un queso más seco, con sabores más intensos, que lo vuelven ideal para ser desmenuzado o rallado.

De esta manera, se incorporó queso sardo en picadas o sandwiches en versiones jóvenes, mientras que se dejó al queso sardo maduro para preparaciones de comidas más sofisticadas, como sopas, guisos o pastas.

Presenta una textura desmenuzable, característica que aumenta con la maduración del queso, es firme y liso, con una cáscara natural de color oscuro que ayuda a su conservación, algo útil sobre todo para quienes buscan darle al queso sardo un alto grado de madurez.

Presentaciones:

Horma de 4 kg.

Fresco, semi estacionado y estacionado